sábado, 24 de septiembre de 2011

POEMA DE AMOR NO. “XY”

Debo escribir un poema
que comience con esta historia:
“Nunca estás cuando te veo”.

Y la parte que me atañe
es un vacío:
Nunca una noche de amor alcanza.

No porque sea un poema de amor “XY”.

Es porque estás tan lejos
y tan cerca del dolor insoportable.

Hasta que el poeta deje de escribir.

¿Esta noche?

Porque ha muerto:
encontró la imagen perdida.
(«Te veo, pero ya no te amo»)

Dices: una pesadilla.
Me dije: aunque te siga viendo.

Estas noches de insomnio
mis palabras sirven
cual poema de amor
que es mío.
Es XY.
¿Te sirve?

Chihuahua, Chih., septiembre 23, 2011.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Mi razón

“...hoy me alejo como extraño, dando paso a la razón.”
La Sonora Santanera

Reunión festiva, digna de coterráneos..., homenaje por sentirse vivos.
Sangre e historia comunes; dolor de vidas entrecruzadas.
Placer y dicha a veces conquistada; generaciones presentes.
Cada uno su paso en la vida transcurrida..., nostalgias.
Siglos volcados en esas vertientes que luego un milagro hace historia.
Un poeta, un músico, un pintor o un escultor..., un pensador.
Llevan esa sangre, y aquí en un lugar que suele darles, si acaso, esto...
“Desapercibido”, «no sabemos de ti».
Inconmensurable: la elite del arte está en ellos:
Siqueiros, Lucha Villa, Gonzalo Martínez, Sebastián y los que vienen.
Tantos otros ligados a esas luminarias, Rubio, Hernán, Sorté, Bonilla...

Hablo fuera de tiempo, ni me conocen... Pero leo sus caras.
Mi amigo Valentín, con sus retruécanos finos, sinuoso, amable
incita al poeta, que las palabras se den.
Mi pasión está en unos ojos, una silueta, una mujer que me desvela.
Palabras hilvanadas, ya que estoy inmerso en la forma que se dice.
Para qué interpretar lo que es sólo una salida fácil.
Mi razón es sólo ella. Luego mis calles, y arriba la Historia que entreveo.
Desde Serrat a Lorca y luego Efraín Huerta, a quién más le debo.
Un peruano, Vallejo; un poeta argentino; mejor un cubano: Arenas o Padilla.
México no se entiende —no ustedes—, el mundo sin Octavio Paz.
Pero aquí entre nos, en las cantinas, en la urdimbre, nuestra querida
asombrosa, única, La Sonora Santanera.
Toco madera, me subyuga, pero sólo eso: “He perdido para siempre...”
Sin pretensiones universales, digo ACARACHI, y con ello digo:
«Todo tiene su razón».

Chihuahua, Chih., septiembre 11, 2011.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Entrampado

Los abandonados sin resquicio de inteligencia
pudorosos y vacuos mostraban su músculo.
Cerebro cuál, y así se apagaron.
Los sonámbulos persistieron por mera cruzada.
Unos y otros, qué extraños encuentros repiten.

Décadas persiste esa imagen inútil.
Los bobos perduran; los genios escriben.
Gracias a Dios [y a La Santa Rosalía]
Conflictos  no hay.
Tan disociados unos y otros que ni siquiera se miran.
The problem, my friend, is the happiness.
«No one solutions»,  diría un técnico.
¿Y los chamacos?
This is it!

Entrampado en las vías de años
en ventanas miradas me ubican lejano...
¿Y el reencuentro?
¿Qué hago con él?
¿Me olvido?
 ¿Lo dejo?

A mi forma chilanga,
¿Me hago el occiso?
De ahí que después me pregunte:
¿Vale una misa?

Un amigo me dio un consejo
[Digo amigo porque es entereza]
“Date tiempo”, no corras: detente.

Estoy entrampado.

Chihuahua, Chih., septiembre 7, 2011.

lunes, 5 de septiembre de 2011

La magia de Sebastián

Regresé al paraíso y los saldos adquieren las tonalidades que al capricho del que siente les dé, para sentirse feliz o incómodo, esperanzado o con la angustia de que nada nuevo se escribe en ese territorio de placer a cargo de sus hermosas mujeres, y para todo despistado —los más— una desabrida cerveza como si fuera el elixir de los dioses.

La Santa Rosalía congregó a cuatro de sus representantes de élite, uno que es reconocido como el virtuoso en la creación de las formas plásticas empotradas en diversas partes del planeta; el otro, un fiel pensador, genuino y valiente, un erudito, luchador social; un tercero, hombre brillante, de luces, matemático, líder en el sindicalismo de sus años de juventud gloriosa, y uno cuarto, un excelso poeta, además ocupado en la juventud, la formación de los niños, un hombre de bien. Pero así como ellos, otros tantos ocurrieron a la fiesta de nuestra Santa Patrona a degustar una conversación que bien cabe entre los testimonios históricos en video, textos o recuerdos para los que en Camargo están abriendo nuevas vertientes en el arte y el pensamiento, tal vez un científico, algún que otro poeta.

El sábado, día previo a los festejos, llega Sebastián —Enrique Carbajal— al aeropuerto de Chihuahua y nos brinda su bonhomía con palabras gratas llenas del calor que el verano aún presente me remite a mis calles de Camargo. Ahí está el hombre que ha conquistado a los más exquisitos y exigentes del arte fuera de nuestras fronteras. Sencillo pero exuberante, pleno y completo, dueño de su tiempo en el mágico mundo de la escultura universal. Ya en Camargo, autoridades municipales y del Instituto Chihuahuense de Educación para los Adultos le rinden homenaje, pero el sentimiento que permea es la alegría de que el hijo pródigo visita su tierra y que bien sabe tiene una deuda con su gente: una puerta, la puerta de Camargo, La Puerta de La Santa Rosalía: La Puerta de la Soledad.

Ya en la plática, espléndida, sostenida el domingo de Santa Rosalía, los cuatro personajes recrean momentos clave que los unieron desde niños, más por la edad entre Sebastián y Alonso Basaneti, por la ‘jetatura’ de Jaime García Chávez, líder político y hoy pensador de relieve en el panorama chihuahuense, y por la identificación entre el escultor y ese poeta quien ha sido deslumbrado para tocar con las palabras la obra de este artista..., decía, el profesor y poeta Pascual Esparza.

Alrededor de dos horas intercambiaron anécdotas que el auditorio de un hotel en Camargo colmó, escuchando sobre los orígenes del artista cuando niño jugaba con toda suerte de objetos que su madre le proveía,  ella realizando sus tareas de costura (dedal, carretes, botones), o el lodo (zoquete) del barranco para construir sus piezas, las escasas pinturas y materiales inexistentes, pero él ya sabía cuál habría de constituirse como su obra fundamental, aquella que en sus extremos alcanzara cualquier latitud terrestre y tocara al mundo donde quiera se encontrara.

Nuestro escultor en ciernes —Enrique Carbajal— en paso por San Carlos, la academia de artes nacional, recibió de sus compañeros este singular mote en referencia a un caracter del pintor Botticelli, que él con desagrado rechazó. Tiempo después, el gran poeta Carlos Pellicer le dijo, palabras más, palabras menos: “Usted se escapó del cuadro de San Sebastián de Botticelli”, por lo que debió aceptar que después de tanta insistencia, éste sería su seudónimo como escultor.

Por supuesto, las palabras de unos y otros tejieron esta charla que, como ya apunté, será más que testimonio de los talentos que aporta esta tierra. Se constituirá como referente para aquellos jóvenes que estudien o se interesen en el arte, la génesis del creador; pero también, de los elementos singulares que se conjugaron para dar sustento a una pléyade de pensadores, como referente de las tareas que la comunidad camarguense debe apuntalar. Entender la magia que de forma casi accidental conjuga los ingredientes para que un pueblo aparezca en el espacio global como uno de los que más talentos da a la humanidad: pintores, escultores, cantantes, bailarines, cineastas, actores, músicos, poetas.

En efecto, regresé al paraíso, y la noche del sábado fui reconfortado por la pecosa, como queriéndome agradecer —la ingrata— alguno de los poemas que las más de las veces le he entregado con caricias y amor pleno; otros, los menos, en forma escrita que también se los merece, porque el sueño de una mujer vale acaso más que unas palabras. Ella sabe, como mis distinguidos coterráneos de este inusual coloquio, que una generación que nos separa no basta para impedir el encuentro con la inteligencia y su arte —de ellos—, o con la belleza de esta mujer camarguense que una noche en Chavira me tomó prisionero y es hora que aún deambulo, ahora sí muy lejos de la Vastedad en Santiago..., pero sin brújula, esperando el llamado de la noche cosmo.


NOTA: Work in Progress de la novela: Los chiles tristes.
© Chihuahua-México: Eje del S. XXI.
Algún lugar de MÉXICO, a 5 de septiembre de 2011.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Las mujeres de Camargo

Un día quiero escribir sobre Camargo.
Para quienes desconocen —y qué mejor: ¡No es Camargo!
Es La Santa Rosalía.
Mis amigos —pocos—, pero amigos, saben con certeza que por sus hermosas mujeres
morirían por menos que verlas de cerca, y luego como en quiebre del aire
quedarse ausentes de una presencia que jamás tuvieron cerca.
No les es dada tanta proximidad a ese fruto que en la fiesta de Dios debieran trabajar.

Qué va... Estoy desbordado en mis periplos de excepcionalidades.
Pero, ¿habrá más de mil eventos de ese manjar? ¿Nos puede ser arrebatado?
Lo creo, pero no en estas latitudes: “nuestra longitud de guerra” dicta caso único.

¿Poetas, músicos, cineastas, escultores, pintores, bailarines?
Agréguese —por favor— la belleza de sus mujeres.

Sólo un poeta con la luz de sus avatares puede afirmar:
¡La novedad proviene del hechizo de la Luna en ese espacio!

Mas, para qué malgastar...
La Santa Rosalía y la noche cosmo dijo:
Pueden ver, oler, escuchar, tocar, transgredir..., y luego renacer.
Están protegidos por la magia que fuera de estos confines no tendrán jamás.
Es La Santa Rosalía.

Chihuahua, Chih., septiembre 1, 2011.