martes, 22 de noviembre de 2011

La ‘pecosita’ de La Santa Rosalía

Las diferencias son la base de los encuentros. Fácil y anodino lo que fluye sin reparos. Sólo construimos cuando te vez en un espejo donde, desdibujado, emprendes un camino que aún no se ha transitado. Sin esas salvedades, no hubiera recuperado a 'La Santa Rosalía', de la cual tú eres su expresión, y yo un simple testigo...
Así puede dar por terminada aquella novela que, como Don Luis Cardoza y Aragón decidió llamar “de caballerías”, no en su rutilante Guatemala, las líneas de tu mano, obligado me veo a guardar silencio, pues tampoco corresponde apropiarme de una frase inmortal hispanoamericana, que ya tantas deudas tengo. Más vivir la intensidad con jóvenes camarguenses, y sentir esta vida que ya no me era para mis tiempos y salidas en falso, fue más un recordatorio de la suerte que aún puedes gozar y te es dada.
Fácil —de nuevo esta palabra—, llegar de lejos y decir, estas son las letras que valen; las llevo a cuestas; he vivido y muerto por culpa de sus sonidos sin la inmortalidad —de nuevo, esta palabra— que carece de sustento, pero estoy aquí porque una chamaca enjundiosa, vital, regañona e incomprensible —como toda mujer..., pero ella, única—, me capturó, y ese individuo ajeno se volvió parte de un escenario al cual habrá de aportarle una pizca, y recupere la ‘nacionalidad’ que por despecho un día dejó detrás en caminos de caballería, a tropel, mundano, absuelto en las inmensidades de lo que ya nada cuenta, si los años no son recuperados... Tarea abismal.
“Las diferencias”..., como si no supiera de ellas, que a esta hora ya de madrugada me tienen entretenido, más preocupado, pero muy ocupado para dejarlas en claro: no cuentan; sólo valen; son para reconocer que estás en el lugar que en mi carencia de visión no me di para verte, aunque mis letras hoy te busquen y tal vez un día estén en tu memoria de niña caprichosa o mujer intensa, según sea tu ánimo que tanto me distrae.

Santa Rosalía de Camargo. Noviembre 21, 2011.

martes, 15 de noviembre de 2011

RESOLUTIVO

Nueve meses después —cuando dejé de escribir temas mundanos—, la política dicta: las letras eran para mi historia: mi egoísmo.

Respondo a tiempos que sé, nos habrán de conmover:

Manuel López Obrador está de pie; Manlio Fabio no ceja; la hermosa mujer panista está proclive. MÉXICO, de plácemes.

Estoy orgulloso de ser mexicano. Mañana me desayunaré al antaño, cuando Chihuahua vivía.

[Sé que mi Gobernador hace su tarea..., y lo convido a esta suave posibilidad de comprensión (con todo respeto)].

Es probable que ganemos el poder, del cual jamás me he alejado. Pero, como diría mi maestro Perogrullo, lo primero es lo primero. AMLO es esencia de MÉXICO; Peña Nieto, futuro concreto; Josefina, la mujer del futuro mexicano.

MEXICANOS: Ubíquense.

Hoy por el PRI.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Domingo sin salvedades

Más dulce es saber que eres parte, y esa parte te cobija.
Más hermoso no es un beso, que ese beso puede no ser lo que deseabas.
Más intenso... puede llevarte a la locura, porque esa intensidad no deja dudas.

Ni dulzura, ni belleza..., menos intensidad: un domingo perfecto
para escribir sin ambages, por qué tanta pequeñez.
La entrega no llegó.

Maldita chingadera: dónde dejaron sus mejores pensamientos.
¿Siempre fueron así, o hasta hoy caigo en la cuenta de la suprema vacuidad?
Peor: quien me sigue a rastras tampoco puede avizorar
—y no es mucha la distancia—
la real sensación de las cosas que sí valen.

Lentos, dormidos, anquilosados. Sólo vegetales.
De cien, mil..., uno vive, apenas. El resto está en la periferia.
La doctrina que les fue impuesta, los dejó obsoletos.
Rezan, repiten frases, se acomodan al día, y luego regresan a su muerte segura.

Al menos en la noche cosmo lo rutilante contagia.
Y uno sigue como si nada, abriendo brechas con palabras que a veces llegan.

Algún lugar de MÉXICO. Noviembre 13, 2011.

Para Pascual Esparza, Lolo y Normita [y a mi amigo Hugo]. Creo que sí entienden.