Si aquel prospecto de rey logró el trono de Francia, convirtiéndose al catolicismo, habría que ponderar los motivos para que ocurriera tamaño acontecimiento en nuestra ciudad. Me refiero a la LIII Sesión del Consejo Político Nacional del PRI, celebrada este sábado 18 de septiembre. Justificaré esta aseveración argumentando con base en la indagatoria implícita: ¿¡Chihuahua bien vale una misa!?
Sin embargo, como en un juego de espejos, primero se habrá de develar otra interrogante: ¿Qué avezado lector —quizás un semiólogo— lograría hacer comprensible (i) la elección de Chihuahua como sede de ese evento, (ii) los mensajes previamente filtrados por la alta jerarquía del partido y (iii) el homenaje a Artemio Iglesias, que en conjunto revelan la naturaleza proteica del individuo y el grupo cuando confluye una diversidad de factores?
El arte de lo posible también contiene caminos insondables. Ejemplos abundan en la historia de la política, donde el ascenso y caída se suceden, en ocasiones de manera misteriosa. El gran “Filósofo de Rubio” lo expresó de forma magistral:
En la política hay que estar preparados para ser, para no ser y para dejar de ser.
Aquí es pertinente señalar que Artemio Iglesias “…nos abandonó, no porque haya cambiado de ideología o de partido, sino debido a que se nos adelantó al emprender el camino sin retorno”, escribió Carlos Jaramillo Vela en la recreación que hace 19 años Benjamín Palacios Perches grabó (video) y que Sergio Granados leyó ante la cúpula nacional priísta, en ocasión del homenaje rendido a este sabio de la política.
Personalidades de esta talla hacen posible entender o, al menos, entrever, la expresión proteica que llevó a la Ciudad de Chihuahua a constituirse por unas horas en la capital —el asiento— del poder mexicano. ¿Quiénes se beneficiaron de tan alto honor concedido?
Querido (e) lector, este domingo o el próximo lunes, cuando usted consulte las principales columnas políticas, encontrará aproximaciones sobre el tema. Una primera lectura puede sugerirnos que el estado de Chihuahua obtuvo los mayores dividendos, y que extrapolando nos obliga a deletrear: César Duarte y Reyes Baeza. En verdad, quien más se beneficia es la comunidad chihuahuense, ya que se respalda su presente y futuro, encarnado en la nueva clase que arriba al poder. No obstante…
Las ausencias de los principales contendientes a la candidatura presidencial, Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, nos revela que el horno no estaba para bollos; que la dirigencia no logró los amarres para su participación; y que, por hoy, Chihuahua no vale una misa.
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