jueves, 26 de mayo de 2011

Los chiles tristes (Del vol. 31)

“Egoísmo”, como preámbulo a lo más vasto del horizonte en territorio mexicano, una región del norte donde fueron erigidas como punta de lanza ‘Las Vascongadas’, encuentro estas frases desgarradoras de “ardiente te quiero” que grita en llanto aquel Joselito, aprisionándolas para que nadie vista jamás el cuerpo de su amada..., hará dos semanas que perdido en mis devaneos, mi fiel paisano me auspicia un momento de serenidad, él y sus cervezas y yo un simple y desabrido clamato para mitigar mi ánimo desprovisto, mi enjundia trastocada, aguantando la espera sin menor posibilidad, porque ni una miserable señal recomponía mis tribulaciones. Decía..., mi paisano, lúcido comunicador chihuahuense, y éste que narra estábamos apostados en una cantina del centro, una cosa llamada Gambrino’s, deteriorada, recordada sólo por personajes fantasmales, desdibujados todos en épocas tan lejanas que un trago valía su peso en alcohol, borrachos y disipados, cuerdos y enajenados, sumergidos todos en deseos insatisfechos y sin mayor trascendencia, y tanto deliquio y tanto desdén nutriendo mi desencanto, pero de alguna forma insospechada, siempre la suerte de mi lado, la fortuna mayor que lentamente se posiciona para apoyar una nueva magia..., el artilugio por fin rinde cuentas y su efecto hace acto de presencia. Espero a que termine de zumbar el mensaje milagroso, incapacitado para atemperar mi ansiedad pues por propia voluntad dejé de saborear años ha los humos de los densos tequilas, leo aquel envío que me dice, muy agradecida, haber recibido su flor virtual, pero flor en fin, con la consabida réplica, reproche, regaño: “labioso”. La sangre regresó a mí. Es casi todo lo que puedo decir, y ahora estoy partiendo al cruce de los confines del desierto donde todo calla: es la Zona del Silencio, y más perdido ahora entre mis propias palabras sin poderle reclamar que me siga amando igual que lo hizo en aquel paraíso donde nacen los poetas del Septentrión. Así empieza la crónica de este viaje con un dolor atravesado y una esperanza sin límites...



NOTA: Work in Progress de la novela: Los chiles tristes.
© Chihuahua-México: Eje del S. XXI.
Algún lugar de MÉXICO, a 26 de mayo de 2011.

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