Quizás a John Kenneth Galbraith se le conozca más por su obra cumbre, “The Affluent Society” [La Sociedad Opulenta, 1958], que por su obstinada determinación de evaluar y corregir los alcances de las políticas públicas por encima de los rigurosos análisis econométricos. La revista Vuelta (fundada por Octavio Paz) hizo famosa su columna editorial, que hoy me fusilo con todas las de la Ley: Reflexiones de un economista solitario.
A pesar de Galbraith y cualquier otro sesudo pensador, México está lejos de convertirse en una sociedad opulenta, pues estamos más bien en riesgo de despertar, dentro de dos décadas, ante “la suma de todos los temores”: el número de adultos mayores (65 años o más) será igual a la cantidad de niños en edad escolar (6 a 14 años); los de preescolar (0 a 5 años) serán cada vez menos (sólo 8% de la población), y se habrá agotado la vigencia del Bono Demográfico.
Ese fenómeno poblacional que históricamente se presenta una vez [si no se aprovecha, ¡Lástima! Nunca se repetirá], consiste en la máxima diferencia que se puede dar entre el segmento de población en edad de trabajar (de 15 a 64 años) y el número de sus dependientes: preescolar, escolar y ancianos. De este modo, habrá iniciado la cuenta regresiva hacia un México anciano y pobre. [Se calcula que el máximo Bono Demográfico será alrededor del 2015 y se habrá agotado a mediados de 2030-40. Cifras inferidas del Consejo Nacional de Población, “Proyecciones de la Población de México 2005-2050”, pp. 23 y 24.]
Chihuahua, que posee una vasta riqueza natural [minerales, pastizales, fuentes de energía eólica y solar, bosques, incluso agua y oportunidad de tierras cultivables], que extravió su camino hacia el desarrollo hiperindustrial [modelo maquilador erróneo] y que ahora, dando tumbos, avanza hacia la era cuaternaria [talento humano + alta tecnología] y quinaria [cultura, arte, esparcimiento], da pie a usufructuar aquella divisa de Galbraith, y con base en mi derecho de haber nacido en estas vastedades... esbozo una propuesta de reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología del Estado de Chihuahua, conforme a lo siguiente:
1.- La ley en la materia [Fomento para el Desarrollo Científico, Tecnológico y la Innovación] data de noviembre de 2005. Para los fines y talante de aquel economista solitario, debemos ubicarla en el contexto del Programa Sectorial de Economía, que a nivel federal aplica desde 2007 al 2012.
2.- En términos de avances científicos, desarrollo de tecnologías y usos productivos, ese lapso es un tiempo acuciante... más si la esfera del quehacer gubernamental tiende a congelarse y las políticas públicas se ralentizan.
3.- La dinámica económica impregnada por la ciencia y la tecnología [I & D] y revolucionada por las TIC’s, no puede soslayarse. Tampoco la formación de capital humano [Kh] indispensable para producir, crear e innovar.
4.- El Gobierno estatal debe fomentar esta simbiosis [alta tecnología + Kh] sobre todo en el ámbito de los servicios, que son los principales detonadores de la riqueza debido a su alta propensión diseminadora (ramificaciones en toda actividad productiva).
5.- De manera enfática, (i) congregar esfuerzos comunes gobierno-escuela-negocio, (ii) integrar la empresa a la universidad y al centro de investigación, y (iii) hacer atractivas las ciudades para ganar flujos de inversión y talentos, todo lo cual generará el resto de las sinergias.
6.- En suma, la herencia que podrá dejar la actual Administración a las generaciones futuras, será haber organizado y desplegado la Economía del Conocimiento... Paradigma que habilita a una sociedad a incorporarse al futuro, que ya está adelantado.
7.- Entre las adiciones contempladas para reformar [modificar el texto de...] la Ley de Ciencia y Tecnología del Estado de Chihuahua, destacan:
(a) Apoyar el desarrollo de empresas basadas en conocimiento científico y tecnológico cuyo enfoque sea la generación de productos y servicios de alto valor agregado.
(b) Fortalecer a las empresas de base tecnológica para que alcancen estándares internacionales de desempeño, que les permita incursionar en el mercado global.
(c) Promover la identificación de necesidades de profesionales altamente capacitados en el sector empresarial y canalizar esta demanda a través del sector educativo.
(d) Alinear las políticas del sector educativo en todos sus niveles con las necesidades del sector productivo para disminuir la brecha de conocimiento academia–industria.
(e) Construir parques tecnológicos e integrar clusters de sectores de alto valor agregado y contenido tecnológico, para ganar escala productiva y acelerar la adopción de mejores prácticas.
(f) Edificar al menos tres Ciudades del Conocimiento en el Estado de Chihuahua, integrando la universidad, el centro o instituto de investigación y la empresa para producir bienes y servicios con alta tecnología y valor agregado.
(g) Fomentar la adopción de tecnologías de información mediante el impulso al comercio electrónico, el equipamiento y el desarrollo de soluciones informáticas y de comunicaciones que atiendan las necesidades de las empresas.
(h) Generar políticas de apoyo a favor del financiamiento de capital de riesgo, que visualicen la ciencia y tecnología como oportunidades de negocio.
Véase: “El Sector Terciario y la Economía del Conocimiento. Construyendo el Eje Chihuahua-México”. Proyecto registrado en el SEI, COECyTeCH.
Algún lugar de MÉXICO, a 21 de enero de 2011.
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